Al cruzarme con una hilera de hormigas, tengo mucho cuidado en no pisar ninguna. Calculo con presición milimétrica el paso, ya que con la canoa que llevo de pie, podría matar 10 o 12 clanes enteros de las pobres de un solo pisotón. Y no me siento un boludo haciéndolo, sé que lo soy -eso alivia un poco la carga- pero por otras cosas, no por respetar una forma de vida "inferior". Son inferiores porque no inventaron el colectivo, o no disfrutan de un buen helado de limón, pero cuanto nos llevan de ventaja en esto de tirar todos para el mismo lado, en esto de basar sus pasos en quien viene adelante, asegurando de esta manera los del que viene atrás.
La fuerza bruta es y ha sido entre los hombres una señal de poder, de demostrar virilidad, estos bichitos levantan 50 veces el peso de su propio cuerpo. ¿Quién se la banca?
Un amigo solía preguntarte ¿vos tenés mucha fuerza? y ante una respuesta afirmativa escupía en el suelo y te decía: levantá eso.
Uno puede llevar los cuernos del toro y ni enterarse, o enterarse y sentirse desdichado y con ganas de morir o matar ¿pero cuantos pueden decir que tienen la determinación de aquel, que mutilado y arponeado por todos lados persiste hasta su último aliento en hacer mierda al turro que lo martiriza?
Dejar un cachorro atado para que con sus asustados gritos atraiga a otros de su especie es una forma de caza. Si con esta técnica se pretendiera cazar gente, podrían pasar años antes de que alguien se acerque a ver que le pasa a la persona que pide ayuda. Nosotros ignoramos, preferimos seguir adelante si lo que vemos no nos afecta directamente, es más fácil declararse incapaz de acción "te juro que verlo me partió el alma, yo no sé, pobre gente. ¿la pizza de ayer? no, tirala, si nadie la va a comer"
Hay tantas cosas que debería uno aprender de las bestias. Los perros no tienen recuerdos, su cerebro no revive momentos anteriores con nostalgia, viven el presente, sin pensar en lo que vendrá ni en lo que quedó atrás. Sin angustiarse porque te fuiste, pero alegrándose al volverte a ver. No le resto importancia a la memoria, es muy valiosa. El secreto es, me parece, combinar el no olvidar con disfrutar de cada momento que nos toque vivir. A veces me doy la impresión de estar jugando al chancho, con solo un segundo para ver lo que tengo en las manos, y el resto del tiempo concentrado en lo que descarto y en lo que me dan. Voy a tratar de ser perro -jugando al fútbol ya lo soy- y vivir con intensidad el hoy. Tratar de ser más hormiga, ir más en fila con mis pensamientos e ideas, con la fuerza y decisión de un toro, aún con el cuerpo lacerado.
viernes, 26 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Toto, hace rato que no suelo dejar ningún comentario. No porque no lea cada una de las cosas que subís, sino porque muchas veces me gana la vagancia.
Me gustó mucho este texto, me hizo acordar a ese tema de charly que dice "no soporto las hormigas por favor pasame el Raid". No entendió nada el tipo.
Ahora en serio, acá en mi casa ya provocaste más de una mueca. No te digo que nos diste placer, porque me suena a película porno, pero con tus montoncitos de palabras, como vos los llamás, ya nos llegaste más de una vez. No sé si suma, pero algo es algo. Aunque sea restale un pasito a los mil que te faltan.
Un abrazo y seguí subiendo cosas,que al menos yo las espero ansioso.
Nando y Vale.
Ojala que puedas y que como buena hormiga, nos muestres el camino a los demas.
Publicar un comentario