Es la primera vez que me toca formar parte de algo tan importante. En ninguno de mis trabajos anteriores tuve tanta responsabilidad como en este. Y sin embargo tamaña responsabilidad no me genera contracturas, ni stress, ni trastornos para dormir, sino todo lo contrario, me deposita cansado y contento por las noches en mi cama. Un amigo me dijo una vez que mi trabajo consiste en ser importante en la vida de alguien. Consiste en eso y en brindarle a una persona amor, seguridad, higiene, salud, alimento. Cosas básicas bah, nada de otro mundo, cosas mucho más necesarias que un plan de marketing, o un estimativo de cobranzas... tanto más necesarias.
Hay oficios que rozan con la felicidad al igual que el mío, como el de catador de helados, el de juez de bikini open, el de crítico de cine, por citar algunos, pero ninguno de estos llena como el mío, ni siquiera el catador de helados, palabra.
¿Requerimientos para el puesto? No muchos, ni tan difíciles de encontrar en cualquier mortal. Antes que nada amor, cariño y respeto. Después podrían ser, paciencia -toneladas de ella- sentido del humor, un altísimo poder de interpretación, madurez, reflejos -agacharse y quitar un pedacito diminuto de algo que tiene como destino la boca, antes de que llegue a ella, claro- tolerancia para repetir millones de veces el mismo chiste, o frase, o sacudón, o sonido, o cosquilla.
Pero no todo es color de rosa, es más, puede volverse marrón oscuro, o negro. Pero es solo un momento, y lo más complicado -al menos en este caso- es mantener a mi protegido ocupado mientras se le practica el cambio de calzones, pues no le gusta, él prefiere la desnudez total - ¡qué vivo! ¿quién no?.
Ya no tengo compañeros de oficina, salvo que considere como tales a: un tren que toca cuatro canciones, varios globos -ya desinflados- libros con dibujos pésimos que chillan cuando se los aprieta, ladrillitos de plástico, un mouse roto, y varias de las infaltables pelotas.
A veces se queda la mamá (esos son los días más complicados, que ya tocaré en otro momento), a veces el papá, a ellos no se si contarlos como compañeros de oficina, o como jefes...los voy a seguir llamando primos por ahora.
Ayer me di cuenta que hay algo que no hago hace un montón, algo que hacía todas las noches, que vengo haciendo desde que empecé a trabajar hace más de 10 años ¿qué es? irme a dormir molesto, enojado, con la frase "mañana tengo que ir a laburar la puta madre". Y no lo extraño para nada, nada nada, soy niñero, soy tío, soy, en suma, feliz.
¡Gracias Fer por el título!
martes, 11 de agosto de 2009
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1 comentario:
Se te lee feliz, y eso es muy bueno.
Yo quisiera desarrollar un poco mas el detalle del trabajo que te toca, y agregar, si me permitis, que sos importante en la vida de 3 personas y que les transmitis seguridad desde el amor y el respeto y que sin ello, el plan de marketing, el estimativo de cobranzas o la agenda ejecutiva no serian posible.
Por esto Mauge y Litto, tus primos, nostros, te estaremos siempre agradecidos y se que Luka se encargará personalmente de agradecerte.
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