Hay cada vez más gente dispuesta a caminar menos, la cantidad infinita de autos que atiborran las avenidas me lo demuestra a diario. Claro que uno no puede pretender caminar desde Luis Guillón a Hurlingham todos los días, pero en algunos casos se abusa del automotor.
Deberíamos aprender de nuestros hermanos del reino animal a darle más uso a nuestras extremidades inferiores. Los chanchos no andan en moto porque no saben, o no pueden acelerar con las pezuñas, o porque no distinguen los colores del semáforo, sin embargo andan felices a pie, o a pata, y entre la mierda, eso es cierto, y para nada envidiable.
Hay que salir a caminar, por el bien propio y por el de todos, para disminuir los accidentes de tránsito y mejorar la circulación, para fomentar el conocerse con los vecinos, y erradicar la bocina de nuestras calles.
Siguiendo con los animales, pero pasando de los que están arriba de los autos a los que tenemos como mascotas, me acerco al (a mi entender) mejor de todos, el perro.
Seguramente se habrán preguntado más de una vez ¿Cuántos kilómetros es capaz de recorrer mi perro? ¿Ah no? Bueno, yo se los voy a reponder igual. Y con varios ejemplos.
Todos conocemos al menos un perro de esos denominados "pelotudos" que no se quedan quietos, esos perros que no paran de dar vueltas. Fue observado uno de estos ejemplares y se calculó que recorría un círculo de 3 metros de diámetro. Es decir que con cada vuelta que daba recorría algo así como 9 metros. Se le calcularon un promedio de 30 vueltas por minuto, dando un total de 18 km por hora. Este adorable e incansable (y re-pelotudo) can le dedicaba 5 horas a esta actividad, dando un resultado total de 90 kilómetros diarios sin dar muestras de cansancio.
Hay perros de caza que siguen rastros recorriendo 230 kilómetros de un tirón.
Otra prueba de esta habilidad es la persecución de los galgos tras el zorro durante dos días, en los más rápidos se contabilizaron 750 kilómetros sin parar. Un montón, no jodamos.
Hagamos como nuestro mejor amigo, caminemos. No digo todos de la mano, no digo todos para el mismo lado, pero al menos pisemos un poco esta tierra de la que nos consideramos dueños. La próxima vez que estés por salir, evaluá tus opciones, en una de esas cambiás el sonido metálico de las llaves del auto por el de la correa de él, que te va a escuchar, y se va a poner contento.
Fuente: Psicología y adiestramiento del perro. León F. Whitney- Ediciones Bellaterra
miércoles, 27 de mayo de 2009
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1 comentario:
Listo, yo te hago los volantes...y a pasear perros Eliseguiiiiii!!!
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