sábado, 1 de mayo de 2010

Del error se aprehende

En realidad, conocer a una mujer es una tristeza más. Cada muchacha que pasa por nuestra vida nos oxida algo precioso adentro. Posiblemente cada hombre que pasa por la vida de una mujer destruye en ella una faceta de bondad que otros dejaron intacta, porque no encontraron la forma de romperla. Estamos a la recíproca. Somos una buena cáfila de canallas...



De: Una tarde de domingo, Roberto Arlt.

1 comentario:

Fabiana dijo...

SOS UN GENIO!!!

besosos desde mi siesta